La Facultad de Derecho de la UNAM y su colegio de profesores de Derecho Penal (en esta ocasión coordinados por Carlos Daza Zaragoza) preparan el 2º Congreso Internacional Virtual de Derecho Penal.
Para tal efecto han sido convocados, como en la versión anterior, diversos penalistas de distintas latitudes.
Es para mi un honor poder participar tanto en el homenaje que se le rendirá al Dr. Ricardo Franco Guzmán (el 18 de octubre, al lado del director de la Facultad de Derecho), así como en la mesa relativa al Aborto (el delito y la interpretación que hizo la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Vivimos tiempos extraordinarios; cada día nos llega otra mala noticia y en esta ocasión una funesta: se ha ido el magistrado Miguel Ángel Aguilar López. No hacía mucho que había iniciado su retiro con grandes expectativas y muchos proyectos que cumplir.
Su historia de vida le avalaba para iniciar con mucha seguridad el nuevo camino. Aspiraba a liderar un instituto que fuese faro en las ciencias penales, como el Max Planck, decía. Inició con las conferencias, luego siguieron las cátedras; inauguró la sala de juicios orales a la que sus socios en esta empresa le pusieron su nombre; luego vino la parte más compleja: armar su editorial y, por último, lo que queda en el tintero: hacer investigación y propiciar que se hiciera investigación.
Su sueño era grande, no se limitaba a las clases y los libros, porque eso ya lo hacían muchos. Aspiraba a dejar huella en las personas y por eso le preocupaba el bienestar de sus profesores y el de su equipo. Era un hombre con ideales, pero con los pies bien puestos en la tierra. Sabía lo que significaba forjarse a sí mismo. Él construyó su propia leyenda y si pudiéramos repetir la frase generacional, la cumpliría a cabalidad: era un producto del esfuerzo propio.
El magistrado de circuito en retiro fue juzgador mediante concurso de oposición en diversos órganos durante poco más de dos décadas, cuatro Tribunales Unitarios y cuatro Tribunales Colegiados. Juez de distrito mixto y juez de distrito en materia penal en la Ciudad de México; impartió cursos, cátedras y disertaciones en el Instituto de la Judicatura Federal (IJF), el Instituto Federal de Defensoría Pública (IFDP), el Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe), el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), entre otros, en el ámbito nacional e internacional, en temas sobre el sistema penal acusatorio, juicio de amparo, derecho penal, teoría del delito, combate a la delincuencia organizada, trata de personas, operaciones con recursos de procedencia ilícita, derechos humanos en materia penal, etc. También participó en la capacitación e integrado jurados de designación de jueces de distrito y magistrados de circuito; fue miembro del Comité Académico de la Escuela Judicial del Poder Judicial de la Federación.
La trayectoria docente del magistrado Aguilar ha sido reconocida por instituciones como la UNAM y el Poder Judicial de la Federación (PJF), que en conjunto lo distinguieron por su labor de más de dos décadas en la impartición de justicia en materia penal.
Su ámbito de actividades ocupa también la producción de obra especializada escrita: Presunción de inocencia. Derecho Humano en el Sistema Penal Acusatorio, La prueba en el proceso penal acusatorio, Presunción de inocencia: principio fundamental en el sistema acusatorio y Eldelito y la responsabilidad penal, teoría, jurisprudencia y práctica; siete ediciones y cuatro reimpresiones en Editorial Porrúa. Fue coordinador del libro La implementación del Sistema Penal Acusatorio.
Asimismo, colaboró en obras colectivas editadas por el Inacipe, la UNAM, el IJF, el Instituto de Investigaciones Jurídicas, sin olvidar su participación en publicaciones periódicas especializadas en revistas del IJF, IFDP, Iter Criminis, Criminalia, El Mundo del Abogado, Puntos Finos y Edicta, entre otras; en las tres últimas apareció en portada. Publicó más de cien ensayos de su autoría.
Desde 2017 tuvo el honor de ser miembro de número de la Academia Mexicana de Ciencias Penales, a la que ingresó como supernumerario en 2015; asimismo, fue integrante de la Asociación Nacional de Magistrados de Circuito y Jueces de Distrito del PJF, A.C., miembro de la Asociación Nacional de Doctores en Derecho y del Claustro de Profesores de la Facultad de Derecho de la UNAM.
Al formalizar su retiro, se integró de tiempo completo a HÈBO, institución científica y educativa en materia jurídica penal que fue constituida por los doctores Hermes Bohórquez y Marisa Jaramillo.
No es necesario decir que el nombre del magistrado Aguilar López es muy conocido en el gremio del litigio y en los ámbitos académicos, sin embargo, para los penalistas, Aguilar López representaba un enigma, pues fue un juzgador dispuesto no sólo a resolver, sino también a dar una cátedra del tema que había llegado a su tribunal. Estudioso e imaginativo, siempre dio material para producir jurisprudencia, libros y ensayos, tan necesarios en el foro como en el salón de clases.
Por eso, la migración del tribunal a la cátedra y a la investigación, así como su aspiración para generar un lugar donde se abrevara el Derecho Penal dio inicio a su última aventura académica: HÈBO, institución que, paulatinamente, ha concentrado esfuerzos de difusión, capacitación de alta especialidad y cuyos pendientes son generar investigación, así como la formación de jueces en el país.
El magistrado Aguilar cerró una brillante carrera judicial tras de sí para dedicarse de tiempo completo a la academia. Pero la pandemia no tuvo reparo en cortar esos sueños y esa prometedora vida en el retiro. Falleció el 5 de abril de 2021.
Tuve el honor de entrevistarlo y, para esta fecha tan triste, me quedo con esta respuesta:
Además de hacer sentir orgullosos a sus padres por este largo camino, ¿qué se ha llevado?
MA: Cuando invité a mis padres a eventos académicos o en relación con la función judicial en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Consejo de la Judicatura Federal y la Facultad de Derecho, donde me hicieron un homenaje como magistrado y académico, en la toma de protesta como juez de distrito y de magistrado de circuito, en mi ingreso a la Academia Mexicana de Ciencias Penales, sentí la satisfacción de poderles decir: “Hasta ahora, misión cumplida; respondo a sus enseñanzas y correspondo a sus esfuerzos”. Los dos me mostraron un inmenso amor y, desde luego, sin lugar a duda, pude sentir el inmenso orgullo de saberme su hijo. Hace poco murieron ambos, pero todavía siento que están vivos, que me bendicen, que nuestra plática no ha terminado…
En la función de juez y magistrado escribí dos oraciones que me acompañaron:
Oración del juez
Señor, Dios mío.
Este día que ejerceré la función de juez que me has encomendado
da fuerza y templanza a mi puño,
para que no vacile ni tiemble al firmar en las sentencias.
Llena mi cabeza de inteligencia para distinguir entre el bien y el mal.
Resolver conforme a derecho, justicia, equidad y seguridad jurídica.
Pero aún más, Señor, llena mi corazón de tu misericordia,
para no olvidar nunca
que a quien juzgo es a un semejante.
Oración del magistrado
Señor, Dios mío, en este día que me encomiendas la función de magistrado
me reconozco ante ti como un hombre lleno de soberbia,
no te pido que me llenes de humildad,
porque ella es de ti, Señor,
sólo te pido que en cuanto veas que más me alejo,
lo más pronto y posible, me llames a tus pies.
El 5 de abril de 2021, al amanecer, la academia perdió a uno de sus grandes elementos. Los que lo conocimos poblamos las redes de gratos recuerdos que evocaban su animosidad, su don de gentes, su bonhomía, su generosidad y su enorme sabiduría. Los cielos estuvieron grises ese día.
La Sociedad Mexicana de Criminología, a través de su órgano de difusión: la hoja criminológica, rinde un muy merecido homenaje a la Dra. Emma Mendoza Bremauntz.
El pasado 7 de junio de 2020 se cumplieron 70 años del examen de titulación del Dr. Ricardo Franco Guzmán, con ese motivo convocamos al INACIPE, a la Facultad de Derecho de la UNAM, a la Barra Mexicana Colegio de Abogados, la Asociación Nacional de Doctores en Derecho y a la Academia Mexicana de Ciencias Penales para rendirle un breve y emotivo homenaje al gran penalista mexicano.
La pandemia nos obligo al encierro, pero no nos podíamos quedar con el festejo entre los pendientes.
Conferencia a distancia (Cuarentena por Coronavirus COVID 19) “Covid 19 y Derecho Penal”, transmitida por medios virtuales (Facebook y Zoom), organizada por el Colegio de profesores de Derecho Penal, Facultad de Derecho, UNAM, 27 de abril de 2020.
Comparto algunos fragmentos en audio y video de la conferencia:
En febrero de 2020 falleció la Doctora María Elena Mansilla y Mejía.
Fue mi maestra de la materia Derecho Internacional Privado, durante la Licenciatura por allá de 1991 – 1992. Gran profesora, exigente, pero condescendía a veces para que yo me pudiera dar mis escapadas al Coloquio de Invierno.
Durante mi etapa de estudiante, le di la importancia que tenía a su materia, razón por la cual me otorgó un reconocimiento: Los mandamientos del abogado (de Couture) con su firma.
Años después, nos veíamos por la mañana para dar nuestras respectivas clases. Nos saludábamos con enorme afecto y, sin embargo, no nos tomamos una foto juntos, cosa que lamento.
La revista El Mundo del Abogado publicó el obituario que le escribió, con mejores cartas credenciales, la doctora López Zamarripa.
El 23 de octubre de 2019 se llevó al cabo la ceremonia de investidura del doctorado Honoris Causa que le confirió el Instituto Nacional de Ciencias Penales al Dr. Jesús Zamora Pierce.
Antes de entregarle el pergamino y la venera correspondiente, tuve el honor de pronunciar la Laudatio correspondiente, la cual se reproduce a continuación.
(publicado en la revista El Mundo del abogado, diciembre de 2018)
Huye la vida y nunca se detiene,
y la muerte la sigue a grandes pasos,
y las albas igual que los ocasos
atormentan al hoy y al día que viene.
José Emilio Pacheco
El 31 de octubre de 2018, murió el maestro Carlos E. Barragán y Salvatierra, Director del Seminario de Derecho Penal de la Universidad Nacional Autónoma de México. Su prematura partida nos deja con un enorme vacío, proporcional al tamaño de los recuerdos, enseñanzas y afecto de un gran maestro.
Durante su vida profesional, destacó como litigante en materia penal y más tarde, con un libro clásico como lo fue su Derecho Procesal Penal, encontró un asidero fabuloso en la cátedra. Tan solo como profesor en la Facultad de Derecho rebasó los treinta y cuatro años de cátedra ininterrumpida, la cual alternó con sus clases en distintos recintos universitarios, del que recalco, el Instituto Nacional de Ciencias Penales.
Su trayectoria profesional
De su trayectoria profesional podemos destacar los cargos en la Universidad Nacional Autónoma de México:Ex Consejero Universitario; Miembro de la Comisión de Rectoría para la negociación con el CGH, en el paro de la Facultad; Miembro de la Comisión Jurídica para la realización del Plebiscito para la devolución de la UNAM; Primer Secretario Jurídico de la Facultad de Derecho; Ex Director del Bufete Jurídico Gratuito de la Facultad de Derecho; Profesor de Carrera de la Facultad de Derecho vencedor por concurso abierto en Ciencias Penales; Miembro de los Colegios de Profesores de Derecho Procesal Penal siendo el Vicepresidente, Derecho Procesal Civil, Derecho Civil y Derecho Penal; Consejero técnico 2012-2018. de la Facultad de derecho de la UNAM y por supuesto, el que más le enorgullecía: Director del Seminario de Derecho Penal.
Fue autor de:
Derecho Procesal Penal; Compendio de Derecho Penal; Coautor del Diccionario Jurídico Tomasi, An English-Spanish Dictionary of Criminal Law and Procedure; y
Coautor del libro Criminólogos en homenaje a la Dra. Emma Mendoza.
Obtuvo entre otros reconocimientos: Las palmas de oro por más de veinticinco años ininterrumpidos como profesor de la Facultad de Derecho;medalla al merito juridico “Vasco de Quiroga 2011” otorgada por la entonces Jefatura Delegacional en Álvaro Obregón y la Barra Nacional de Abogados, A.C.
Conocí al maestro Barragán hace poco más de quince años, codirigíamos una tesis y nos encontramos el día del examen de la sustentante. Se trataba de una tesis que ya adelantaba la necesidad de revisar e incorporar las nuevas tecnologías dentro del catálogo penal. Desde entonces nos hicimos buenos colegas y, con el tiempo, buenos amigos. Fue parte del sínodo que me examinó para obtener la cátedra por oposición en la Facultad de Derecho de la UNAM y, después de eso, compartimos distintos foros para hablar de lo que más nos gustaba: el Derecho Penal, su evolución, su aplicación en un nuevo sistema de justicia que podía dejar en la obsolescencia a su libro clásico, pero no a él, que se actualizó para estar a las alturas de los nuevos requerimientos y, así, se certificó por la extinta SETEC.
Poseía un humor muy particular, lo compartíamos con la secreta complicidad que deja ser políticamente incorrecto. Asistí a su programa Sí es penal (cuya rúbrica era una canción de Queen) y, en algún momento, cambiamos el formato (en octubre de 2017) para que yo lo pudiera entrevistar. El resultado fue magnífico, hicimos recuento de su trayectoria y caímos en cuenta que podíamos haber titulado aquel episodio como “Entre gánsteres y monjas”. Reíamos mucho, pero a la hora de fungir como sínodos en las oposiciones de la FES Acatlán, retomábamos nuestro carácter serio, solemne. Le dábamos a cada cosa su importancia y actuábamos en consecuencia.
Pero, al final del día, él era el maestro, el guía que, como tal, me apoyó incondicionalmente. El día que se velaron sus restos, hubo un largo desfile de alumnos que le rindieron tributo por la participación del maestro en sus vidas y en sus trabajos.
Quisiera expresar desde aquí mis condolencias a sus familiares y amigos. En lo particular, lo voy a extrañar tanto.
La foto corresponde al primer sínodo que compartimos el maestro Barragán y el autor de esto, allá por 2006 en la Facultad de Derecho de la UNAM.
Comida de maestros de la Facultad de Derecho. El maestro Barragán siempre tuvo un lugar para mi. En la foto aparecemos con el Dr. Ricardo Franco Guzmán y con el maestro Luis Arturo Cossío Zazueta, hoy en día, Director del Seminario de Derecho Penal.
(Con las Doctoras Verónica Román y Sofía Cobo)
En la presentación del libro El penalista. INACIPE, 2015.
Durante un examen de oposición. Con el Dr. Carlos Daza
Con el inicio de este año, se renovó el Consejo Directivo de la Asociación Nacional de Doctores en Derecho, en el cual tendré la oportunidad de fungir como Coordinador del área de Derecho Penal
El 7 de febrero de 1928 nació Ricardo Franco Guzmán, extraordinario penalista. Abogado desde 1950 y profesor universitario desde 1953. Miembro de la Academia Mexicana de Ciencias Penales.
«Falta explicación»
Para quienes estuvimos en la cátedra del Dr. Ricardo Franco Guzmán, no será difícil entender lo que significa la frase «falta explicación» y es que en el examen final, una mala respuesta o una respuesta incompleta se hacían merecedoras de esa frase que quedaba impresa con un sello que tenía esas dos palabras lapidarias.
Muchas generaciones aprendieron que un examen con Franco Guzmán no era cosa fácil y había que hacer mucho acopio de conocimientos para eludir la impresión de ese sello.
En lo particular lo padecí cuatro veces en el mismo número de intentos, pero a su vez, fueron el principio del diario estudio de esta especialidad tan apasionante.
Hoy, con esa nostalgia recuerdo el sello y con emoción lo recibo (junto con el sello de «mal, véase el art. ____») como un gran legado de cátedra. No para utilizarlo con mis alumnos. Sino para rememorar esos lejanos días de estudiante, cuando todo esto comenzó.